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martes, 14 de agosto de 2012

India IV

Para leer la historia completa: India I, India II, India III

En la cuarta y última entrega del viaje por India llego, por fin, a la parte divertida del viaje: El Taj Mahal.

Nos levantamos a las 5am para llegar a las 6am a comprar los tiquetes. Por lo que había leído, entre más temprano se vaya al Taj, más se puede disfrutar, sin tanta gente y con más espacio para tomar fotos. Nuestro hotel estaba a unos 500 metros de la tiquetera y a un kilómetro de la puerta oriental.

Al llegar a comprar los tiquetes nos encontramos con que hay cuatro ventanillas, dos para nacionales y dos para extranjeros, y la subdivisión "hombres", "mujeres". Aquí es muy palpable esa división entre nacionales y extranjeros porque nuestro tiquete costó 750 rupias, mientras que a un nacional le costaba 20 o 50rupias, no recuerdo: es decir, ¡nos cobran muchísimo más del 100%!


Con los tiquetes nos entregaban una botella de agua y unos zapaticos como los de cirujanos para cuando entráramos al templo. Luego un carrito de golf nos llevó hasta la puerta oriental del Taj Mahal en sí.


Tiquete de entrada para extranjeros.


La bolsita de "regalos" que incluía agua y los zapaticos.

La entrada al Taj está otra vez divida entre nacionales, extranjeros, hombres y mujeres. Mi hermana había llevado el laptop, y se lo hicieron devolver. Tuvo que regresar en el carrito hasta los casilleros de la tiquetera y cuando volvió, empezamos a caminar por el parque propiamente.



El Taj Mahal  (o el mausoleo blanco) está rodeado de una serie de construcciones bajas de piedra rojiza. Aquí se encuentran el museo, y los pasillos con arcos infinitos tan preciosos que se pueden ver en la foto.

Luego de caminar por ese pasillo verde (y de escuchar a los guías contar la historia de cómo fue la construcción de dicho entorno) se llega a la entrada principal, que pueden ver en la foto de abajo.


Como la historia de la construcción del mausoleo en honor a la reina Mumtaz Mahal está tan bien documentada, me salto esa parte de la historia y voy derecho a la emoción que me dio cuando crucé ese edificio. De por sí es un edificio precioso, pero cuando uno entra y ve a lo lejos el mausoleo blanco y la vista tan famosa, se siente una emoción indescriptible.


El mausoleo principal domina el paisaje, y para llegar a él hay dos caminos a lo largo de una fuente en el medio. La energía que se siente es increíble y como llegamos tan temprano, no había tanta gente, entonces pudimos pasear por los jardines de forma relajada y sentir ese ambiente entre romántico y místico que impera allí.

A veces, cuando uno viaja y conoce ciertos monumentos o lugares famosos, puede pasar que las expectativas están tan altas que, al verse frente a dicho lugar, se siente una pequeña decepción. El Taj Mahal es el primer lugar al que voy con las expectativas muy altas, y que supera con creces dicho sentimiento.

Este es un monumento al amor, pero también a la arquitectura, al paisajismo, al dinero y al poder. Caminar por sus jardines, con las mezquitas rodando el parque, con los árboles y la fuente como una alfombra natural que lleva hasta la imponencia del mausoleo es un paseo mágico. Allí uno siente que más que conocer la historia, la está viviendo.


Para entrar al mausoleo uno se debe poner los zapaticos de plástico, o entrar descalzo, pero después de haber visto la forma como se maneja la higiene, preferimos ponernos los zapaticos protectores encima de las sandalias. Dentro del mausoleo no se permite tomar fotos (y está rodeado de cámaras de vigilancia para los que intenten tomar una desprevenida) y aquí viene lo más curioso de la historia: es más bonito por fuera que por dentro. Dentro se encuentran las tumbas del rey y de la reina (y ni siquiera las reales, sino una réplica, las reales están en la cámara baja del mausoleo) y aunque la arquitectura sigue siendo espléndida con sus techos altos y los pasillos circulares, la verdadera esencia del Taj se siente cuando se camina por los alrededores del mausoleo.




Caminando por el mausoleo. Detalle del mármol blanco. 

La vista desde el mausoleo es impresionante también. Se puede ver la puerta principal al frente y en la parte de atrás el río Yamuna. A los costados están las mezquitas construidas con piedra rojiza, característica de la región.


Vista desde la parte frontal del mausoleo.

Aunque ese día llovió bastante, pudimos caminar bajo la lluvia y apreciar la belleza del paisaje que envuelve al Taj Mahal. Esta construcción tiene la particularidad de captar los rayos de sol y mezclarlos en su mármol blanco, lo que le da tonalidades diferentes a lo largo del día.

Luego de caminar por el mausoleo, salimos a ver las mezquitas. El parque me sorprendió por su limpieza y pulcritud; sin embargo, hay una parte donde se ven las costumbres higiénicas del país, lo cual es triste porque es una maravilla moderna y con todo el dinero que obtienen de las entradas, no es para menos. Pero se ve la cultura (o falta de) de la gente en materia de basura: las canecas para los zapaticos.

Al salir del mausoleo, ya uno se puede quitar los zapatos para seguir caminando por el parque, y hay varias canecas de basura para botarlos. Ahora bien, los zapatos que les dan a los nacionales son de colores, y los de los extranjeros (que vienen en la bolsita) son blancos. Este era el estado de las canecas a la salida del mausoleo.


Sigo sin entender por qué este desorden. Las canecas no estaban llenas, pero parece más fácil tirarlo al piso que a menos de cinco centímetros.

Continuamos caminando por las mezquitas, tomamos más fotos del mausoleo y luego de un rato (y porque ya teníamos hambre) regresamos al hotel para desayunar.




Hasta aquí todo iba bien, fue una mañana mágica en una de las maravillas del mundo moderno. Es un viaje totalmente recomendado, incluso, no se necesita ir tantos días como en el caso nuestro. Hay excursiones que parten de Delhi temprano en la mañana y llegan al Taj a medio día. Este parque se puede conocer en una hora (tour express) pero es una experiencia inolvidable.

Cuando regresamos al hotel, desayunamos y esperamos el carro que nos debía llevar al tour por la ciudad de Agra. Este paquete lo había adquirido con la gerencia del hotel y me habían hecho el presupuesto del costo del transporte, de un guía y de la entrada a los monumentos para dos personas y me pareció razonable. Cuando nos recogieron, me pareció extraño que el "guía" (que era el mismo chofer) no hablara casi nada, así que le empecé a preguntar, pero como que se asustó y se quedó callado... ahí se nos encendieron las alarmas, pero no dijimos nada. Quizás estaría intimidado o algo así.

Nuestra primera parada era ir a conocer el Fuerte Rojo de Agra, una ciudad amurallada muy antigua. El viaje era de casi una hora, así que nos entretuvimos viendo por la ventana (menos mal era un carro con AC). Creo que no he tenido mejor y peor tour que ese. No necesité salir del carro (y tampoco ni que me hubieran pagado) para darme cuenta la miseria en la que viven allí. Si haber visto el campo en el tren me impactó, esta fue la cereza del pastel. Tenía a la gente, a menos de un metro de mi ventana, viviendo sobre charcos de desperdicios. La basura se acumulaba en las entradas de las casas y la gente caminaba sobre ellas como si nada. El olor era insoportable, aún dentro del carro. Las aguas eran negras y no me quiero ni imaginar la cantidad de infecciones que podría haber allí.

El caso fue que cuando llegamos al fuerte, me salen con la noticia que el viaje no incluía la entrada a los monumentos, que eso se pagaba aparte, y encima que teníamos que coger otro transporte (un rickshaw) con guía y todo eso por aparte. Esto me lo dijo uno de los guías del lugar, que en teoría era quien nos iba a dar el recorrido. Yo me enojé bastante y le dije que eso no era lo que me habían vendido a mí. Tuvimos que llamar a los de la recepción y como la persona que me vendió el paquete no estaba, entonces no sabía qué decirnos. En ese momento nos dice el guía (que creo que estaba en compinche con el chofer) "pues ya que están aquí, qué se van a devolver. La entrada es barata y les puedo dar el tour sin problema. Además, miren todo lo que han viajado y cómo se van a perder esta oportunidad..." creo que si me hubiera golpeado habría sido menos insultante. No sé cómo logré calmarme y decirle muy tranquilamente que yo había comprado algo y que lo mínimo era respetar los términos de esa compra. Que si esa era la forma de ellos de timar a los turistas, lo lamentaba y esperaba que no le durara mucho tiempo. Después le dije al conductor que nos llevara de vuelta al hotel y nos dijo que podríamos quedarnos si queríamos, que igual ya estábamos ahí. No sé qué mirada le habremos dado mi hermana y yo, porque ambos hablaron en hindi y lo que logré entender fue "devolver al hotel, enojadas, turistas".. así que me imagino que se dio cuenta que no nos iba a convencer de "es una oportunidad única".

La verdad es que no nos quisimos bajar porque estaba lloviendo y después de ver el estado de las calles, creo que lo único que quería era regresar al hotel y dormir. Hablé con los de la recepción y les dije hasta de qué se iban a morir (educadamente, claro está) y luego nos fuimos a almorzar en un centro comercial cercano. Aquí algunas fotos de las calles de Agra.









Luego que almorzamos, nos compramos unos helados y fuimos a tomar el rickshaw cuando se nos acercan unos niñitos sucios pidiendo dinero. Nosotras les dijimos que se fueran y ellos seguían mostrándonos la mano. Como veían que no les dábamos nada, empezaron a manotear para quitarnos el helado. El grito que les pegamos fue monumental, que hasta el señor del rickshaw se asustó, y les dijo que se fueran. Este señor, también quiso hacer una de sus gracias cuando le dimos la dirección del hotel, nos dijo que nos iba a llevar a un hotel mucho más barato y cuando lo vimos acercarse a otro lugar, también le gritamos que nos llevara a dónde le habíamos pedido. Creo que nunca había gritado a tanta gente en mi vida, pero es increíble lo vivos que se quieren volver cuando ven turistas y, peor aún, cuando son mujeres solas.

Después de eso, el regreso a Calcuta no fue tan horrible. De hecho estábamos deseando regresar. Como Calcuta no es tan turística, la gente ano acecha tanto y pasamos una última semana muy agradable, recorrimos más lugares de Calcuta, caminamos más por el centro y por último, terminé de hacer compras.

Luego, se pasó la semana y tuve que regresar a Barcelona. Se me quedan algunas cosas en el tintero, pero supongo que ya las ampliaré después. Por ahora me queda el bello recuerdo de mi viaje a india, de las experiencias vividas y del tiempo compartido con mi hermana.

Por aquí dejo la dirección del hotel donde me hospedé en Calcuta para quien esté interesado en viajar allí y hospedarse en un buen lugar. Es una casa de huéspedes, y los recomiendo cien por ciento debido a que los dueños son amables, la casa es limpia y el precio es muy económico. La casa está muy bien localizada (cerca a Karunamoyee, en Sal Lake City, Calcuta) y el vecindario es muy bueno.

Se pueden comunicar con la dueña, Indrani Sengupta (o conmigo y les doy más información).

Hospedaje en Calcuta:


BJ 347, Sector 2, Salt Lake, Kolkata 700091, 
Teléfono – 9830882400, 9830881925, 
Email – indrani56@gmail.com

1 comentario:

  1. Majestuosas las primeras fotos, ya me imagino todo lo que se puede sentir en un lugar como ese y... bueno de las segundas mejor ni opino.

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